Imprimir Entrada

La literatura latinoamericana en Japón Entrevista a Takaatsu Yanagihara. Profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Tokyo y traductor al japonés de Roberto Bolaño, César Aira, entre otros autores.

La entrevista que aquí se presenta tiene como interlocutor al profesor de la Universidad de Tokio, Takaatsu Yanagihara, americanista al que se deben en Japón traducciones y estudios de la literatura latinoamericana, así como mucho del interés impulso del estudio de la literatura latinoamericana reciente. La entrevista está redactada en tres partes. La primera tiene como centro de gravedad los estudios de literatura hispanoamericana y la recepción de esta literatura en Japón. La segunda parte se centra en la traducción de la literatura latinoamericana, el boom y los nuevos escritores, así como sobre el mercado editorial. La tercera y más amplia aborda concretamente sus traducciones, el trabajo del profesor Yanagihara con la obra César Aira, Roberto Bolaño, entre otros autores. 

¿Cómo describiría la historia reciente de los estudios sobre letras hispanoamericanas en Japón? En comparación con la literatura de otras regiones, en otras lenguas, ¿qué tanto se lee y estudia la hispanoamericana? 

 Cuando el llamado “boom” llegó a Japón y las obras maestras contemporáneas de América Latina iban, una tras otra, siendo traducidas, empecé a estudiar español. En aquel entonces, en pocas universidades (o ninguna) se enseñaba la literatura latinoamericana, sino como una parte de la española. Los traductores, presentadores, la mayoría de ellos profesores de la lengua española, decían que habían tenido que estudiar por su propia cuenta, y presumían de ser pioneros en enseñanzas de la literatura latinoamericana en las universidades. Yo, en cambio, cuando empecé a enseñar, ya enseñaba no solo el idioma, sino también la literatura. Ahora hay muchos más estudiantes que antes que se dedican a la literatura latinoamericana.  

 Sin embargo, es una lástima que no haya ninguna universidad que tenga departamento de la literatura latinoamericana o hispánica, solo hay una que tiene departamento de literatura española, una universidad femenina. Donde se enseña la literatura latinoamericana es en la facultad de estudios extranjeros o idiomas. Es decir, se enseña en el contexto de los estudios regionales (Area Studies). La Universidad de Tokyo, donde trabajo, fundó hace diez años el Departamento de Estudios Literarios Contemporáneos, en el que yo enseño, pero tampoco tiene un departamento de literatura latinoamericana. Resulta que la literatura latinoamericana sigue siendo considerada como una literatura “menor” frente a la inglesa, norteamericana, francesa…, etc. 

 

En el sistema educativo japonés, en la enseñanza previa a la universidad, ¿se estudia de alguna forma la literatura latinoamericana?

No se estudia. En algún libro suplementario para la enseñanza de japonés (que es, de hecho, casi enseñanza literaria), parece haber salido un fragmento de García Márquez.

¿Cómo caracterizaría al público lector de obras hispanoamericanas?, ¿es un lector que se interesa indistintamente por el ensayo, la poesía, la narrativa o el teatro?

La mayoría del público se interesa por la narrativa.

Hablábamos sobre la importancia que tuvo El boom latinoamericano en el descubrimiento y difusión de esta literatura en diferentes partes del mundo. En el caso de Japón, ¿cómo se percibió este fenómeno?, ¿cree que en Japón, como se ha dicho de otros lugares, el peso del boom ha impedido o dificultado que se haya apreciado la literatura escrita posteriormente por autores latinoamericanos? 

Hubo cierto auge de la traducción que va de la última mitad de los años 70 a la primera mitad de los 80. Entonces, las obras maestras del boom fueron traducidas y los escritores de renombre (nacionales) hicieron reseñas y comentarios de esa literatura nuevamente descubierta, lo cual contribuyó mucho a su difusión. Gracias a ello, ahora se puede decir que algunos de los escritores latinoamericanos del boom, García Márquez, Vargas Llosa, Borges, Cortázar, etc. están ya canonizados y son bien conocidos y reconocidos como tales. Pero los de las generaciones que siguen a ellos tuvieron que esperar mucho para ser presentados en Japón. Porque, hablando del “mercado” en general de la literatura extranjera en nuestro país, el mayor interés, después del boom de la latinoamericana, pasó a la literatura de las otras regiones del mundo. Y por fin, recientemente, resurgió el interés general en Latinoamérica gracias a algunas obras traducidas y acogidas con buena reputación, tal es el caso de Bolaño. 

Ahora bien, supongo que hay dos tipos de lectores de la literatura latinoamericana. Uno es el de aquellos que leen ávidamente a los nuevos autores extranjeros, independientemente de la nacionalidad o región. Para ellos, todos los escritores merecen la pena leer mientras sean interesantes. No les importa o les importa poco si son latinoamericanos o no. 

Por otra parte hay lectores que leen la literatura latinoamericana porque es latinoamericana. Y sospecho que entre ellos hay a los que les interesa solo la literatura latinoamericana de, por ejemplo, García Márquez. A ellos parece que no les cae bien Bolaño, Aira, y otros autores de la generación más reciente.

Por ejemplo, ¿cree que se ha traducido de forma significativa literatura latinoamericana posterior al boom?, ¿faltan autores?, ¿obras? 

 Faltan muchos. Todavía no tenemos un Bellatin, Nettel, Guerra, Fuguet, Soler, Roncagliolo, Padilla…, etc., etc.  

El caso de Roberto Bolaño, creo, dice mucho. Aquí, como en otros países del mundo, hay un pequeño boom de Bolaño. Fueron traducidas sus principales obras en pocos años,  devoradas y acogidas favorablemente. Pero no todos los lectores ven en él a América Latina. No les es un nuevo escritor latinoamericano, sino que es un escritor, digamos, mundial. Le ubican no en el contexto latinoamericano, sino en la literatura mundial. De modo que no sé si su éxito es muy significativo para la recepción de la literatura latinoamericana en Japón.

 

En ese entendido, ¿Qué tanto se traduce obras hispanoamericanas, comparado, por ejemplo, con las literaturas de otras regiones?

 Muy poco, por desgracia. El número uno es traducción de la literatura norteamericana, y luego, de otras regiones de habla inglesa, luego, francófona… así sucesivamente.

¿Cómo evaluaría, en conjunto, la traducción de las obras latinoamericanas al japonés? 

Si es poca la traducción de la literatura latinoamericana es en parte porque no hay muchos traductores. Y los buenos traductores, aún menos. Creo que la literatura traducida tiene que tener un valor no sólo como réplica o trasplante del original sino como una obra literaria en idioma traducida (en este caso un valor como una literatura japonesa). Espero a que aparezca un buen traductor que nos presente los nuevos autores en mejores traducciones y así enriquezca nuestra literatura traducida. Será uno de los deberes de nosotros los docentes de literatura y de idioma instruir, educar a los buenos traductores. 

Nos ha comentado que 2666, de Roberto Bolaño, había sido reimpresa más de una docena de veces; en ese sentido, ¿cómo valora este hecho?, ¿qué considera que ha representado la obra de Bolaño en el mercado literario japonés? 

Como ya he dicho, el caso de Bolaño no sería muy justo evaluarlo solo en el contexto latinoamericano. Hay cierto tipo de lectores que caza un nuevo fenómeno, un nuevo escritor sea de dónde sea, y Bolaño triunfa entre ese tipo de lectores. Además 2666 es, como ha dicho Juan Villoro, una obra maestra global. Los lectores con poco interés en América Latina también podrían disfrutar de la obra. 

Háblenos un poco sobre sus traducciones y sobre su propia experiencia con la literatura hispanoamericana. ¿Qué lo lleva a interesarse en la literatura de esta región? 

Empecé con Alejo Carpentier. Mi tesina de licenciatura y la tesis de maestría fueron sobre él. Las escribí bajo la asesoría de un cervantista que también tradujo al novelista cubano. Lo conocí por la traducción de mi profesor.  

Y mi primera traducción fue de su obra. Como vivimos en un mundo de un idioma perteneciente a una familia totalmente distinta, ha sido muy importante la traducción en los estudios del extranjero. Ser docente de la literatura extranjera en la universidad ha significado y sigue significando ser traductor. Cuando comencé mis estudios de posgrado, empezaba a pensar vagamente que sería también traductor de algún escritor. Que pude serlo de un escritor favorito, me alegró mucho. Y esa alegría es uno de los motivos por el que sigo traduciendo. 

¿Cuál fue la primera obra que tradujo y qué lo llevó a emprender esa empresa?

 La consagración de la primavera de Alejo Carpentier. La obra más larga del autor. Y tal vez la obra con más referencias culturales. Por lo cual era rechazada por otros traductores a los que se dirigió la editorial. Y uno de ellos me la presentó.

¿Qué representan las traducciones de obras latinoamericanas de Yanagihara Taakatsu en el mundo cultural japonés?

Como no he traducido ni a Borges ni a García Márquez, sino a Bolaño, Aira, Juan Gabriel Vásquez, entre otros, yo sería traductor y presentador de escritores de postboom.

¿Qué título y por qué razones le ha resultado más difícil de traducir?

La consagración de la primavera, por las razones antes mencionadas (por lo larga, por las copiosas menciones culturales… tuve que conseguir una enciclopedia de la música clásica y una del ballet, etc.). Y además por lo jóvenes que éramos el editor y yo. Agregando a todo esto, como una razón lateral, que caí enfermo y tuve que ingresar al hospital y dejar unos meses el trabajo.

En relación con otras traducciones, su trabajo respecto de la obra de César Aira, ¿cómo podría describirse en cuanto a sus dificultades o particularidades?

A diferencia de la dificultad de Carpentier, la de Aira consiste en su manejo de palabras, imágenes e ideas. Lo que tengo que hacer, al traducirlo, no es consultar diccionarios y enciclopedias, sino pasear en el estudio o en la calle dando vuelta, mentalmente, a las palabras y expresiones del escritor hasta que me salga alguna expresión aceptable.

Le comentábamos que nos llamaba la atención cuál podría ser la recepción de la obra Airiana en Japón; es decir, si la obra de César Aira resulta, muchas veces, difícil o extraña, para un lector latinoamericano, ¿qué puede suceder con los lectores japoneses? En la Universidad, por ejemplo, ¿es un autor que interesa o llama la atención de estudiantes?

Parece que los lectores gozan de lo extraño del autor. Dicho de otra manera, solo los lectores que saben disfrutar de su extrañeza se divierten. Pero no son tan pocos como pudiera temerse.

¿Cuántos y cuáles de los títulos airianos cuentan con traducciones al japonés?

 Cómo me hice monja, El congreso de la literatura, La prueba, “Picasso” (cuento publicado en una revista).

Por el momento no conozco ningún estudiante que quiera escribir tesis sobre Aira, pero hay algunos a los que les gusta.

Un colega mío que es el traductor más conocido de la literatura norteamericana a tal punto que en las librerías, hay una estantería especial dedicada a su trabajo, tiene mucho interés en su obra. Comenta que lo sorprendente de Aira es la infinita libertad de la que goza al escribir, cosa muy rara, según él, en los escritores angloamericanos.

¿Qué obra de las que ha traducido le ha interesado más?

Los detectives salvajes de Roberto Bolaño. Por el amor a la ciudad de México.

Con respecto a los escritores más jóvenes o las publicaciones más recientes, nos comentaban que leían y conocían la obra de, por ejemplo, Alejandro Zambra, Julián Herbert, Rodrigo Fresán, Cristina Rivera Garza, entre otros, ¿Qué más se está publicando y leyendo?  

Zambra fue traducido y bien leído. Los otros escritores aquí mencionados no son traducidos. Los leímos con mis alumnos en español. Los que fueron traducidos son: Samantha Schweblin, Jorge Volpi, Eduardo Halfon, Yoss, Juan Gabriel Vásquez, Roberto Ampuero, Guillermo Martínez, etc. Y dicen que una obra de Fresán va a ser traducida. Yo les estoy pidiendo a los editores que piensen en la posibilidad de publicar a Santiago Roncagliolo, Jordi Soler, Ignacio Padilla, Juan José Millás (que es español), entre otros. 

¿Cuál es la función de las editoriales, los grandes centros de estudio y los medios de comunicación en la presencia de la literatura latinoamericana en Japón? 

 Se da por descontada la importancia de las editoriales para la difusión de la traducción. Pude publicar mis trabajos porque hay algunas editoriales que siguen publicando literaturas extranjeras, aunque sean de poco tiraje. Y además algunas empiezan una nueva colección (“biblioteca”, digamos) de las nuevas obras de nuevos escritores extranjeros para las cuales publican a los autores latinoamericanos.  

Los otros medios de comunicación no servirán mucho. En la radio y en la televisión hablan de vez en cuando de libros, de literatura, pero muy pocas veces de literatura latinoamericana. 

En pleno auge de la traducción del boom latinoamericano, en el año 80, por ahí, habló en la tele un escritor popular que es Kobo Abe sobre Cien años de soledad de García Márquez. Y habló con entusiasmo. Algunos dicen que eso fue uno de los motores que les incitaron a leerla.  

No sé si se puede decir “medios”, pero la presentación de libros, coloquios, mesas redondas, conferencias, son buenas oportunidades para la difusión. Cuando publiqué mi primera traducción no hubo casi nadie que pensara hacer eventos como aquellos. Pero en estos diez años, la presentación del libro es muy común. Cuando publicamos un nuevo libro, hacemos presentación o charla sobre él. Y en las conferencias que impartimos, se venden los libros de los conferenciantes, en tales oportunidades, se venden relativamente bien.  

Finalmente, desconocemos los contextos personales, sociales e institucionales en los que se desarrolla su trabajo, y quizá hayamos dejado de preguntarle algo sobre lo que desearía informar a los lectores del SENALC, ¿querría responder a esa pregunta que no hemos sabido hacerle? 

En el Departamento de Estudios Literarios Contemporáneos de la Universidad de Tokyo, donde trabajo, hay, por ejemplo, un estudiante venezolano que, habiendo escrito la tesis de maestría sobre la comparación de Bolaño con Haruki Murakami, ahora está preparando su tesis doctoral sobre las traducciones de las obras japonesas hechas por tales autores latinoamericanos como Octavio Paz, Borges, Haroldo de Campos, etc. El nuestro es un Departamento donde cursan esos estudiantes, es decir, los que estudian literatura japonesa desde puntos de vista de las otras literaturas. Si les interesa visitarnos, como estudiante o como investigador visitante, son siempre bienvenidos. 

 

Acerca del autor

Alexandra Saavedra Galindo

Doctora en Letras por la unam, maestra en Estudios Latinoamericanos (área de Literatura), por la misma institución, y licenciada en Lingüística y Literatura con énfasis en Investigación…

Compartir en redes