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Los cien años de Macondo… en Netflix

El pasado 6 de marzo, Netflix, a través de su twitter y un comunicado de prensa, anunció la adaptación y producción de Cien años de soledad en formato de serie para el 2020. La noticia se hizo el día en que el escritor colombiano premio nobel de literatura hubiese cumplido 92 años; entre dicha fecha y la de su quinto aniversario luctuoso (17 de abril), la noticia ha generado una especie de conmoción principalmente por dos razones: primero, que en vida el Gabo se negó a vender los derechos la obra para el cine, pese a recibir diversas ofertas; segundo, la “imposibilidad” de adaptación de la novela.

La conmoción alrededor de la venta de los derechos de la obra se ha centrado, principalmente, en la dimensión ética de la transacción, pues conlleva que la familia ha contravenido los deseos del patriarca. Algunos medios incluso han pedido opinión al respecto a diversos escritores latinoamericanos, la mayoría no han tenido empacho de censurar la decisión de la familia. En cambio, el decreto implícito del fracaso de la adaptación ha dado por justificación que la obra tiene pocos diálogos y discursos solemnes, así como una dimensión sensorial, imposibles de traducir al lenguaje audiovisual. Si bien ambas discusiones no carecen de interés, me parece, han desviado la atención del contexto que ha facilitado el interés de la adaptación, la operación de compra de los derechos y la significancia de éstos.

El arte (y negocio) de narrar historias en movimiento en tiempos de Netflix

Netflix se ha vuelto el modelo de los servicios en streaming al grado de que muchos nuevos servicios similares, como Amazon Prime o HBO, entre otras,1 aspiran ‒y aquí hay que poner atención a la emergencia del verbo‒ a la “Netflixificación”.  Sin embargo, intentar tal proeza implica enfrentarse al ritmo de producción del líder del ramo. En 2018 Netflix, que contaba ya con 125 millones de suscriptores (tan solo entre enero y marzo de 2018 se inscribieron 7.5 millones de personas a la plataforma), publicó 90 mil minutos de contenido original (58mil de estos en series), que implicaron alrededor de 8 mil millones de dólares. Intentar siquiera competir pone entre la espada y la pared, entre la cantidad y calidad, al resto de las productoras. Si bien la calidad de los productos de Netflix es dispar, sus productos más logrados han conseguido importantes reconocimientos, de la audiencia o de instancias; el ejemplo más cercano para el público mexicano, latinoamericano quizá, sea Roma de Alfonso Cuarón con sus tres estatuillas del Oscar (dirección, fotografía y película extranjera) y diez nominaciones.

Por un lado, la importancia y omnipresencia de Netflix puede vislumbrarse cuando se vuelve noticia que ésta supera el valor de Disney en la bolsa (tan solo por un momento, ¡Fiu!) (Paul R. La Monica), o cuando puede darse el lujo de sacar de la tienda Apple el proceso de suscripción de la aplicación para evitar popularmente llamado “impuesto Apple” ‒que alcanza hasta un 30% del valor de las operaciones realizadas a través de su tienda lo cual‒, lo cual según Forbes podría implicar una pérdida de 160 millones de dólares para Apple en el 2019, 200mdd en 2020, y 250mdd en 2021. Al momento del anuncio de que Cien años de soledad podrá verse como serie en la plataforma de streaming en 2020, Netflix contaba ya con 139 millones de membresías y presencia en más de 190 países (Centro de Prensa Netflix).

Por otro, el impacto del Netflix como productora y emisora de contenidos ha tenido un efecto trascendental tanto en el cine como en la televisión. Para cadenas de televisión abierta como Fox, CBS o Warner Bros ‒¡hasta Televisa!‒ o de pago (de cable) como HBO, Showtime, que en un inicio habían vendido licencias de contenido  a Netflix, con el tiempo se hizo evidente que dichos contenidos no iban a “morir” al servicio de streaming, al contrario la disponibilidad y el formato de buffet eran un negocio bastante lucrativo que ahora financiaba la producción de contenido original y desplazaba sus productos tanto en la referencias de los televidentes como en el circuito de premios; por ello, han ido retirando contenidos de la plataforma o reducido/condicionado la venta de licencias, al mismo tiempo que han lanzado sus propios servicios por internet. A lo anterior se suma la copia del modelo de Netflix por empresas que no había incurrido previamente en la producción de contenidos, como Amazon con su servicio de Prime Video.

‘The idea in Hollywood is that Netflix is taking over the world.’ Photograph: Guardian design team

Para la industria del séptimo arte el impacto sea incluso más trascendental, al grado de que muchos directores, productoras, estudios, distribuidoras, festivales o premios de cine (incluso los grandes complejos de cines) han cerrado filas para intentar protegerse. Esto es, el lanzamiento de películas de calidad vía streaming pone en jaque tanto al negocio del cine como ha operado hasta ahora, como a su status quo dando una vuelta de tuerca a los procesos de legitimación y sus jerarquías: a productores y estudios por la diversificación, calidad y cantidad de contenidos; a las distribuidoras y complejos de cine porque (casi) suprime estos pasos al hacer disponible de manera simultánea sus filmes en cines como en la plataforma; a directores, porque facilita el acceso al gremio a directores y producciones pequeños o independientes financiándolos más fácilmente y permitiéndoles alcanzar grandes públicos (Almodóvar o Spielberg, por ejemplo, han sido algunos de los directores que han puesto el grito en el cielo). Si a esto sumamos que Netflix provee financiamientos suficientes para generar productos de calidad cinematográfica (tanto a series como a filmes), sus producciones amenazan las jerarquías del circuito de festivales y premios de la industria (solo basta ver algunas de los dimes y diretes entre Thierry Frémaux, director del Festival de Cannes, y Ted Sarandos, jefe de contenidos de Netflix, que en otra ocasión sería muy interesante abordar).

La cuestión es que el gigante ha revolucionado la experiencia e industria del cine y la televisión. En lo que compete al motivo de este texto concierne, y lo que ha hecho temblar a la vieja guardia del cine y la televisión, es la política de producción de contenidos de Netflix. Esto es, Netflix puede dar luz verde a una serie que atraiga a tan solo el 0.5% de sus espectadores; la lógica que emplea la compañía (y que sería impensable para una cadena de telvisión) es la siguiente: si una serie es la razón por la que el 0.5% ha elegido inscribirse a la plataforma, es motivo suficiente para justificar la inversión (Joshua Gans citado por Usborne). Esta política está en el origen de la compra de derechos de Cien años, pues lo hijos del escritor colombiano han puesto como condiciones que la serie sea en español y la filmación de locaciones en Colombia. Cosa no menor.

Imagen del libro Gabo. Memorias de una vida mágica, de Oscar Pantoja, Tatiana Córdoba, Felipe Camargo y Miguel Bustos (Rey Naranjo editores, 2013)

El efecto mariposas amarillas

Tal vez porque las más recientes y conocidas adaptaciones de García Márquez al cine ‒El coronel no tiene quien le escriba (dir. Arturo Ripstein, 1999), El amor en tiempos del cólera (dir. Mike Newell, 2007) o Memoria de mis putas tristes (dir. Henning Carlsem 2012)‒ han generado cierta decepción en los espectadores, el anuncio de la adaptación de Cien años de soledad ‒obra mayor de García Márquez, un ya clásico de la literatura latinoamericana y mundial, y demás epítetos sacralizadores‒ha sido recibido con recelo. Me parece que los dos principales focos de atención en torno a la noticia, el quebrando de la negativa del Gabo vender los derechos de la novela para su adaptación y de decretada imposibilidad (algunos afirman que es hasta innecesaria, colmo del rasgarse las vestiduras) de traducir el libro a la pantalla, son resultado de ello, de decepciones previas y de una angustia desacralizadora.

Más bien tendría reflexionarse que, como bien afirma el investigador Álvaro Santana-Acuña del Whitman College:

Cien años de soledad ha inspirado canciones y ballets, una ópera y una obra teatral, docenas de cuadros, una exclusiva bebida japonesa y hasta el nombre de una plataforma petrolífera. Si algo confirma su transformación en una serie es el irrefrenable poder de los clásicos de entrar en nuestras vidas mediante formatos distintos al establecido por sus creadores. Frente a previsiones catastróficas sobre el resultado de su adaptación por Netflix, la realidad es que ningún clásico ha dejado de serlo por culpa de una mala adaptación. Al contrario, el anuncio de que será una serie ha multiplicado las menciones a la novela en medios de comunicación en todo el mundo y ha reforzado así su actualidad como una obra de referencia colectiva.

En realidad, la adaptación de libros (únicos o trilogías, tetralogías, series) no es nuevo ni para Netflix, ni para otros servicios similares, ni para el cine o la televisión. Tan solo por mencionar algunas novelas latinoamericanas adaptadas a series recientemente por plataformas streaming está Diablo guardián (Xavier Velasco, 2003 / Prime Video 2018) de la que ya se anunció segunda temporada,  Diablero (basada en El Diablo me obligó de F.G. Haghenbeck 2013/ Netflix 2018), y la tetralogía de Cuatro estaciones en La Habana de Leonardo Padura (novelas 1991-1998 /Netflix 2016). Ejemplos de adaptaciones de libros en otros idiomas hay de sobra. Este 2019, Netflix ha anunciado no solo la adaptación de Cien años, también la de la trilogía (sí, hay trilogía) de Como agua para chocolate, de Laura Esquivel.

Los hijos del Gabo, Gonzalo y Rodrigo García Barcha han encabezado las negociaciones con Netflix, las condiciones ya mencionadas arriba y su participación como productores de la serie. Rodrigo, director de cine y televisión, ha sido quien ha estado más activo ante los medios y quien ha tenido que adelantarse a, y enfrentar, los recelos de la adaptación. Al respecto comenta: “Llevo escuchando la discusión sobre si se venden o no los derechos de Cien años de soledad desde que tengo ocho años”, “No fue una decisión sin complicaciones, para mí, mi hermano o mi madre. Se siente como que se abrió un gran capítulo, pero también que se cerró uno muy largo” (citado en Concepción de León). En efecto, entre los múltiples mitos sobre García Márquez y su obra está la serie de propuestas que recibió ‒de gente de Hollywood‒ o las intenciones de producción que echaron abajo ‒se cuenta por ahí que la agencia literaria Carmen Balcells echó abajo el rodaje de un director húngaro que buscaba hacer una película sobre Cien años en Colombia, por ahí del 2005. Anécdotas (ciertas o no) de las que varias notas toman como fundamento para cuestionar la decisión de los herederos.

En cambio, las objeciones estéticas a la adaptación se concentran es tres motivos: la oscilación de la novela entre la escasez de diálogos y el pronunciamiento de solemnes discursos; la importancia de la dimensión sensorial de la novela; y (lo siguiente solo lo he leído de Santana-Acuña) la complejidad del manejo temporal de la novela, pues “se entremezclan el tiempo lineal […] con el tiempo cíclico”. Más que objeciones, me parece, son retos con lo que se enfrentará la producción y realización de la serie (entre incontables otras), que si bien importantes, no imposibles (como dicen las declaraciones un tanto exageradas), pues el lenguaje cinematográfico cuenta con suficientes recursos para ofrecernos su versión de la novela.

Para Santana-Acuña, quien ha publicado varias notas (“La soledad multitudinaria de García Márquez”2) y prepara un libro (How the Novel ‘One Hundred Years of Solitude’ Became a Classic) sobre el proceso de escritura de la novela ahora en el ojo del huracán, señala que quizá el “debate más importante no sea especular sobre la calidad de su serie [de Netlfix] sobre Cien años de soledad —una adaptación fiel de esta novela es tan imposible como innecesaria— sino analizar cómo la distribución global de la serie en más de 190 países puede dar un nuevo impulso a las historias de Macondo y la familia Buendía.”, e incluso apunta que García Márquez recurrió a muchas estrategias cinematográficas para Cien años, y que muchas notas, textos que están en el archivo y manuscrito de la escritura de la novela y eliminados en su publicación podrían ayudar a resolver los retos que presenta la adaptación.

En efecto, Rodrígo García Barcha señala como cuestiones importantes para decidir la venta de los derechos para la adaptación que “ahora es un buen momento de series, y con el alcance de Netflix, yo creo que la obra, el autor, Colombia y el mundo de Macondo van a alcanzar una audiencia más grande” (citado en Cortés), “en la actual época dorada de las series —con el nivel de talentosos escritores y directores, la calidad cinematográfica y la gran recepción mundial del contenido en idiomas extranjeros—, el momento no podría ser mejor para llevar una adaptación a las audiencias globales de Netflix” (en Centro de Prensa Netflix).

Indudablemente, el pase de la novela a la serie estará, forzosamente, acompañado de una diferencia (sin connotaciones negativas o positivas aquí) entre un lenguaje y otro, que para los estudiosos del fenómeno implica, más que una adaptación, una traducción (¡oh! traduttore, traditore), un trasplante. En lo particular me interesará estar al pendiente, a la par de la transformación del universo de Macondo, de las reverberaciones que dicha producción y su distribución global tendrá para la literatura latinoamericana, pues uno de las cuestiones omnipresentes de las historiografía y los debates sobre el estado de la literatura latinoamericana contemporánea (o su definición) tiene como referencia el Boom y al realismo mágico. Ya veremos el efecto de las mariposas amarillas

Textos consultados:

Centro de Prensa Netflix. “Netflix adquiere los derechos de la obra maestra de Gabriel García Márquez Cien años de soledad para desarrollarla en una nueva serie original” Netflix, Web, 6 de marzo de 2019, media.netflix.com/es/press-releases/netflix-adquiere-los-derechos-de-la-obra-maestra-de-gabriel-garc%C3%ADa-m%C3%A1rquez-cien-a%C3%B1os-de-soledad-para-desarrollarla-en-una-nueva-serie-original.

Cortés, Iker. “Macondo se hará realidad en Netflix” El comercio, en línea, 6 de marzo de 2019,  elcomercio.es/culturas/tv/macondo-hara-realidad-netflix-20190306184723-ntrc.html

De León, Concepción. “El realismo mágico de ‘Cien años de soledad’ llegará a Netflix” The New York Times, edición en español, en línea, 6 de marzo de 2019,   nytimes.com/es/2019/03/06/cien-anos-de-soledad-netflix/

Paul R. La Monica. “Netflix fue más valioso que Disney por un momento” CNN en español, Web, 17:45 GTM, 25 de Mayo 2018, cnnespanol.cnn.com/2018/05/25/netflix-fue-mas-valioso-que-disney-por-un-momento/

GQ. “Todo lo que Apple pierde tras el divorcio de Netflix” GQ Revista, Web, 9 de enero de 2019, revistagq.com/noticias/tecnologia/articulos/apple-netflix-guerra-app-store-dinero-suscripcion/32528

Usborne, Simone. “Netflix’s ‘new world order’: a streaming giant on the brink of global domination” The Guardian, Edición Internacional, en línea, 12:38 BST, 17 de abril de 2018, theguardian.com/media/2018/apr/17/netflixs-new-world-order-a-streaming-giant-on-the-brink-of-global-domination

Roetgers, Ranko. “How Netflix Ticks: Five Keys Insights From the Company’s New Corporate Culture Manifesto” Variety, Web, 21 de junio de 2017, variety.com/2017/digital/news/netflix-company-culture-document-1202474529/

Santana-Acuña, Álvaro. “‘Cien años de soledad’ en los tiempos de Netflix” The Ney York Times, edición en español, en línea, 18 de marzo de 2019, nytimes.com/es/2019/03/18/cien-anos-soledad-garcia-marquez-netlix/?rref=collection%2Fsectioncollection%2Fnyt-es

Vogue. “Netflix vs. Hollywood: la batalla para definir el futuro del cine” Vogue España, Web, 15 de marzo de 2019, vogue.es/living/articulos/netflix-hollywood-batalla-futuro-cine-mejor-pelicula-roma-alfonso-cuaron/39565

Acerca de la autora

Ivonne Sánchez Becerril

Investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Doctora y maestra en Letras por la UNAM. Licenciada en Lengua y Literatura de Hispanoamérica por la UABC…

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Notas al pie:

  1. Algunas notas dicen que podríamos llegar a tener una oferta de 200 plataformas streaming.
  2. https://www.nytimes.com/es/2017/12/30/archivo-digital-gabriel-garcia-marquez-soledad-multitudinaria/