Leo Brouwer - Foto: Alfonso Lorenzana (Tijuana 1995)

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Paisajes sonoros de la literatura

I

Fueron a cazar guitarras
bajo la luna llena

Quizá por su temprano raigambre a la cultura popular, la guitarra entró relativamente hace poco a la música de concierto. Apenas en el siglo XIX toma su forma definitiva y la obra que la consagra de alguna manera en la memoria popular de las salas de concierto es de 1939: el «Concierto de Aranjuez» de Joaquín Rodrigo. Sin embargo, las sinuosas formas de la guitarra fueron motivo central de diversas obras pictóricas y literarias. Diversos son los cuadros en los que Pablo Picasso o Juan Gris hicieron protagónica al instrumento. Para Gerardo Diego «La guitarra es un pozo / con viento en vez de agua», mientras que para Nicolás Guillén esta «pálida, fina, esbelta, / ojos de inagotable mulata, / cintura de abierta madera» viene con una advertencia «cuidado: sueña»; en cambio para Federico García Lorca es un «Corazón malherido / por cinco espadas» que «Llora por cosas lejanas».

II

La figura del hombre que tañe este instrumento se trastoca. José Martí describe así un encuentro con la guitarra en el que el intérprete sublima el evento: «He oído tocar la guitarra hasta el punto de hacer en el instrumento de los rondeños y la jácara, la marcha de Thalberg. La oí a [Francisco] Tárrega. Pasea con tal delicadeza sus manos sobre el delgado puente por encima de las cuerdas, suaves a su pasmoso tacto, que mas de hombre parecen manos de hada que en el misterio del crepúsculo van tejiendo por sobre las cuerdas hilo de oro».

Leo Brouwer es más romántico, pues para él «Cada concierto de guitarra refleja la imagen heroica de un gran guerrero musical, y retrata la vida interior de un artista enamorado, adolorido, jubiloso y en batalla. Este héroe tal vez busque, con el roce de unos cuantos acordes delicados, una purificación del espíritu a través de un puñado de notas en la guitarra, o tal vez explore un camino poético dentro de su corazón.» Hombre y guitarra se rasgan para emanar música.

III

Leo Brouwer - Foto: Alfonso Lorenzana (Tijuana 1995)

El pasado primero de marzo el maestro Juan Leovigildo Brouwer Mesquida cumplió 75 años; más conocido como Leo Brouwer, este guitarrista, compositor y director de orquesta es una de las figuras latinoamericanas más importantes de la música del siglo veinte y fundamental para el repertorio de guitarra clásica a nivel mundial. La presente nota es una invitación a conocer la obra de este músico cubano vivo en un contexto de conmemoraciones de natalicios, y, sobre todo, a descubrir el homenaje que Brouwer ha hecho constantemente a la literatura, particularmente a la cubana.

Leo Brouwer estableció una especie de diálogo lento y sostenido con la obra del escritor y musicólogo Alejo Carpentier. En 1968 compone un quinteto de viento titulado El reino de este mundo inspirado en la novela homónima (1949) de Carpentier; a decir de la biógrafa de Brouwer, Isabelle Henández, la novela «en alguna medida sirvió de patrón conceptual para expresar el verdadero mundo sonoro de “lo real y lo maravilloso” que nos rodea». En 1978 musicaliza el filme El recurso del método dirigido por Miguel Littín, una coproducción de Francia, México y Cuba que entró al Festival de Cannes de ese año, mientras que la Academia norteamericana rechazó su consideración para el premio de mejor película extranjera. En 1999 compone para percusiones y contrabajo Los pasos perdidos en tres movimientos; el segundo movimiento titulado «Largo viaje hacia la noche» claramente remite a la obra de Eugene O’Neill Long’s Day Journey into the Night (1956). Un año más tarde, Viaje a la semilla para guitarra del cuento homónimo de Carpentier incluido en el libro Guerra del tiempo de 1958 y en el centenario del nacimiento del escritor, 2004, Brouwer termina La ciudad de las columnas, título del texto que escribiera Carpentier para acompañar el álbum de fotografías de Paolo Gasparini sobre los motivos estilísticos de la arquitectura cubana y que posteriormente formaría parte del libro Tientos y diferencias (1964).

 

Los pasos perdidos – Leo Brouwer

IV

Mas el diálogo entre literatura y música en la obra de Brouwer es más amplio. Su colaboración con la danza y el teatro lo lleva a componer el ballet Edipo Rey (1972) y, en 1978, a ampliar la zarzuela Cecilia Valdés ―homónima de la novela decimonónica de Cirilo Villaverde―, que Gonzalo Roig compusiera en 1931, para un nuevo montaje en el Teatro Lírico de La Habana. Asimismo, Brouwer musicalizó múltiples películas tanto cubanas como extranjeras, entre las que me gustaría destacar Memorias del subdesarrollo (1968) dirigida por Tomás Gutiérrez Alea, basada en la novela (de 1965) de Edmundo Desnoes; Cecilia (1982) de Humberto Solás, una versión libre de la novela de Cirilo Villaverde, o Como agua para chocolate (1992) de Alfonso Arau, basada en el texto de Laura Esquivel.

V

En 1910, el arqueólogo y etnólogo alemán Leo Viktor Frobenius publicó Der Schwarze Dekameron [El decamerón negro]; en él recogía narraciones tradicionales africanas bajo un título que remitía al texto de Giovanni Bocaccio. De este texto de Froebenius, Leo Brouwer retoma lo esencial de los relatos, el amor, la guerra y los tabúes, así como la visión de la cultura como un organismo vivo y la noción de negritud para narrar musicalmente, con una guitarra, una bella historia en tres movimientos: «El arpa del guerrero», «La huída de los Amantes por el Valle de los Ecos» y «Balada de la doncella enamorada».

En Decamerón negro ―o Baladas del decamerón negro como en algunas grabaciones aparece referida― el músico cubano resume lo que la música narra: «trabajé una historia que dividí en tres partes. La primera es de un guerrero que quería ser músico y tocar un arpa. La situación de castas era muy estricta, en un primer término estaban precisamente los guerreros, luego los sacerdotes, los cultivadores y en el fondo de esa escalera están los músicos. ¿Cómo era posible entonces que un grandioso guerrero del clan quisiera ser músico? Este guerrero, al dejar de serlo, fue desechado por el clan y expulsado de la tribu. Entonces se fue de las montañas, pero sucedió que la tribu comenzó a perder las batallas y es cuando lo va a buscar, le piden, casi de rodillas, que los ayude, a ese que ya no era guerrero, sino músico. Baja […], gana todas las guerras y regresa a las montañas para convertirse en un músico una vez más», pero ahora acompañado de su mujer.

VI

En 1984 se editan en París unos Preludios epigramáticos de Leo Brouwer, obra que originalmente se llamaba Hai Ku, pues el cubano se inspiró en esta forma de la poesía japonesa. Los Preludios de hecho fueron escritos tras una visita de Brouwer a Japón y  dedicados al guitarrista japonés Ichiro Suzuki. A decir de Isabelle Hernández, musicóloga y asistente de Brouwer, los seis preludios «tienen el sutil encanto de la miniatura. Una idea aforística conduce su carácter exento de grandilocuencia, su grandeza radica en la manera sintética que permite recrear en esencia, múltiples significados.»

Sin embargo, estos preludios están inspirados en algunos poemas de Miguel Hernández, de lo que dan cuenta claramente los títulos: i. Desde que el alba quiso ser alba, toda eres madre, ii. Tristes hombres si no mueren de amores, iii.Alrededor de tu piel, ato y desato la mía, iv. Ríe, que todo ríe: que todo es madre leve, v. Me cogiste el corazón y hoy precipitas su vuelo, vi. Llego con tres heridas: la del amor, la de la muerte, la de la vida. Destaca que el primer y el cuarto título pertenecen al mismo poema sin título que empieza precisamente con el verso «Desde que el alba quiso ser alba, toda eres». Los Preludios epigramáticos de Leo Brouwer dan cuenta del proceso de recepción y mediación literaria; por un lado, la noción del hai-ku, que tiene sus ritos de pasaje de la tradición japonesa a la francesa, antes de llegar a nuestra lengua; por otro, puesto que Isabelle Hernández afirma que los Preludios «fueron creados con la principal inspiración de algunos versos de los Poemas de amor del español Miguel Hernández», deducimos que Brouwer leyó la selección de poemas que Leopoldo de Luis hiciera para Alianza Editorial en 1942.

VII

Me acerco al final de estas notas sencillas con una pieza que Leo Brouwer compuso en 1982 con el imaginario poético de Nezahualcóyotl, el musical del mundo prehispánico y una especie de homenaje más al Valle de México y la cultura mexicana que a la novela homónima de Carlos Fuentes o a Visión de Anáhuac de Alfonso Reyes. Aunque los dos movimientos que integran la pieza ―i. Lento (Grave), y ii. Movido― no llevan títulos alusivos a estas influencias, las partituras sí llevan inscritas, a modo de indicativos de interpretación, las frases «He de hacer más sonoros vuestros palos, para hacerlos cantar» y «El ritmo sonoro se hizo danza y la danza se hizo éxtasis colectivo», en el primer y segundo movimiento respectivamente.

 La región más transparente – Leo Brouwer

Flauta, Niurka González – Piano, María del Henar Navarro

«Esta música lleva al misterio, la ingenuidad y el encanto de nuestros antepasados en su descubrimiento con la naturaleza haciéndola de forma inconsciente, a la vez que concreta, de canto y danza, de ritmo y melodía. El éxtasis llega después cuando se juntan los cuerpos en el juego divino de las pasiones, exaltados por el movimiento continuo de la vida, y el ritmo que hay en todo cuanto existe […] El compositor halla la belleza del sonido antiguo y lo cubre de contemporaneidad» dice I. Hernández a colación de La región más transparente para flauta y piano de Leo Brouwer.

VIII

La influencia de la pintura en la obra de Brouwer podría ser otra puerta de entrada a su amplio catálogo de composiciones. Quizá debido a que a temprana edad el maestro incursionó en la pintura es que podemos rastrear también desde sus títulos su vocación de paisajista: el espectacular «Paisaje cubano con lluvia» de 1984 para orquesta de guitarras, el «Paisaje cubano con rumba» (1985) ―en diversas versiones de instrumentación―, «Paisaje cubano con campanas» (1986) para guitarra, «Paisaje cubano con ritual» (1989) para clarinete bajo y percusiones o el «Paisaje cubano con tristeza» (1996) para guitarra.

Lo cubano es una condición desde la que compone y una esencia musical que traspasa su obra; el monumental «Concierto No. 7» o «Concierto de La Habana» para guitarra y orquesta es una reconstrucción emotiva de atmósferas habaneras alejadas de clisés.

En 2004, este paisajista sonoro compuso «Sonatas de Baja California» comisionado por la Orquesta de Baja California (obc). La obra fue estrenada en el xxxii Festival Internacional Cervantino en Guanajuato por la obc y el guitarrista Jorge López Ramos y posteriormente inauguró el xi Festival Hispanoamericano de guitarra de la ciudad de Tijuana con los mismos intérpretes. La obra estuvo dedicada al guitarrista Roberto Limón, más éste nunca tocó la pieza y hasta donde sé aún no ha sido grabada.

Después de diez años de receso, en los días recientes ―del 20 al 27 de abril― se llevó a cabo el Festival-Concurso Internacional de Guitarra de la ciudad de La Habana con la pléyade de intérpretes de la guitarra clásica. En la última edición, en 2004, el ganador del concurso de guitarra fue el mexicano Cecilio Perea, y el Festival celebró los 65 años de Leo Brouwer y editó Homo Ludens, que se compone de dos discos en los que escuchamos al pianista Chucho Valdés, al guitarrista Víctor Pellegrini, a Silvio Rodríguez, entre otros. El segundo disco ha sido el motivo de esta nota, pues incluye «La región más transparente», «Los pasos perdidos» y «Viaje a la semilla».

Queda, pues, esta invitación a acercarse al repertorio de la guitarra clásica y a la obra de Leo Brouwer a través de la celebración que éste compositor hace de la literatura y el paisaje latinoamericanos. Su bella imagen del guitarrista como un héroe, un guerrero musical y enamorado, es quizá producto de la advertencia que hacía Nicolás Guillén para el que tañe el instrumento: Cuidado: sueña.

Acerca del autor

Ivonne Sánchez Becerril

Investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM. Doctora y maestra en Letras por la UNAM. Licenciada en Lengua y Literatura de Hispanoamérica por la UABC…

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