Dentro de los mismos estados-nación hay grandes cuotas de invisibilidad. Por ejemplo, en México, un país tan centralizado, es la Ciudad de México y el resto. Un escritor de cualquier zona que no sea la capital está en un estado deficitario de atención. Puede ser excelente, pero nadie se va a dar cuenta o le va a ser mucho más difícil, mientras que muchísima gente menos interesante, si está en los circuitos adecuados, va a tener relativo éxito.
México en su conjunto, por estar en América Latina y a pesar de la enorme importancia de su cultura, de sus instituciones culturales, de sus casas de cultura por el mundo, es un país invisible en muchos aspectos. Para mucha gente en Estados Unidos, del río Bravo a la Patagonia todo el mundo come tacos y tiene un sombrero bien grande. No hay sutilezas, todo el mundo habla lo mismo. Piensen en las categorías con las que se habla de los “latinos” en Estados Unidos: latino o hispano. Hasta donde yo sé, ninguno de los que vivimos en América Latina nos llamamos a nosotros de esa manera. Yo no soy un inmigrante en Estados Unidos, pero en el caso de que lo fuera, yo no me definiría como hispano o latino; en todo caso, me definiría como latinoamericano, caribeño o puertorriqueño. Esas palabras son una forma de invisibilización. Es una forma de dominar una masa de conocimiento y de cultura. Lo demás no se quiere agregar o no se está dispuesto a agregar, y, por lo tanto, se reduce a un concepto muy limitado.
En un momento dado todos los colombianos eran narcotraficantes, no había más. Ese tipo de visión limitante y reductora es la invisibilidad. Eso no es un hecho espontáneo, hay, evidentemente, muchos elementos de espontaneidad, pero también es algo dirigido. Ya meramente el hecho de que exista una cultura occidental —y que se piense desde la antigüedad grecorromana— es una forma de invisibilización, porque es una historia oficial que incluye y fundamentalmente excluye. La gran masa de la realidad humana queda excluida, y no solamente pasa con países pequeños o culturas subalternas, sino con grandes culturas, con grandes sectores de la humanidad.