Juan José Arreola.

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Tres aproximaciones temáticas a la obra de Juan José Arreola. Conmemoración a los cien años de su nacimiento

En el Prólogo a Narrativa completa, Felipe Garrido menciona: “las muchas virtudes de Arreola están coronadas por el taimado arte de sacarle ventaja al lector; de administrar a voluntad lo que se dice y lo que se calla” (14). Sobre el principio del silencio, la elipsis y los espacios de indeterminación se construye toda obra literaria, pues en esos nichos cabe la participación del lector. Sin embargo, la afirmación de Garrido no atiende a la repetición de un lugar común, sino a un acierto que consiste en señalar una cualidad literaria ubicada en la obra de Juan José Arreola y que salta a la vista por ser una virtud intensificada, resguardar a voluntad la información que se esconde y a la vez se expresa, lleva al mismo prologuista a definir a Arreola como un “prodigio de economía, de no decir sino lo esencial” (Garrido 14).

Juan José Arreola.

Es bajo aquellos textos donde la economía es intensificada, donde lo no dicho se potencia y la extensión narrativa no sobrepasa las dos cuartillas que se centra esta propuesta de celebración a los 100 años del escritor jalisciense, pues en la economía de información resalta un asunto formal que comprende la alusión, la analogía y la semejanza: una correspondencia entre dos o más aspectos que se conserva en lo no dicho.

Las fechas de publicación de los textos de Arreola son difíciles de definir porque han formado parte de uno y después otro libro, sin lograr identificar a cuál de ellos se entregó por primera vez para su publicación. Sara Poot en Un giro en espiral relata el proceso y la historia de cada compendio y cómo algunos relatos estuvieron primero en Confabulario y terminaron en Cantos de mal dolor, por dar un ejemplo de la transformación. “La creación literaria de Juan José Arreola se configura en una obra móvil y giratoria: libros que pasan a ser parte de otros más densos o que finalmente se convierten en un nuevo libro” (Poot 35). Sin embargo, para tener un punto de anclaje es importante destacar que Varia invención (1949) y Confabulario (1952), fueron reunidos por el Fondo de Cultura Económica en 1955, titulándose así: Confabulario y Varia invención. La feria, por su parte, aparece en 1963, y en 1971 la editorial Joaquín Mortiz publica también lo que hasta ese momento eran las obras completas del autor, reuniendo Bestiario, Cantos de mal dolor, Palindroma, Prosodia y Aproximaciones.

En esta breve conmemoración a su nacimiento, es importante destacar algunos relatos de Prosodia, Cantos de mal dolor, Variaciones sintácticas y Bestiario donde las fortunas de la brevedad están a la mano y son eco de las temáticas arreolianas presentes en toda su obra: que baste un año entero de cumpleaños, es decir este 2018 1 para releer a un autor con referencias constantes a la historia universal, la cultura mexicana y a la mujer como ícono; esto por medio de un trabajo prístino con la alusión y, por tanto, con la administración de lo que se conserva en silencio y a la vez se comunica.

a) Referencias históricas

Las fuentes de la literatura universal, visibles en la obra de Juan José Arreola, son motivo para fundar “cargos de extranjería”, según señala Felipe Garrido como una etiqueta falsa levantada en contra del autor. Sin embargo, las referencias a personajes históricos y de otras culturas pueden leerse como modos de apropiación. No se trata de una muestra de extranjerización, sino una posibilidad tanto de reverencia como de desmitificación, donde los íconos históricos ya no son héroes ni personajes representativos, sino que su imagen queda degradada o bien reciclada a manera de homenaje.

En Cantos de mal dolor las referencias se aprecian desde el título que remite a la obra del Conde Lautrémont, titulada Los cantos de Maldoror (1869). Del mismo modo que esa obra del siglo xix, los Cantos de Arreola también se caracterizan por crear una atmósfera pesimista, en ocasiones triste o violenta, ya que los personajes no tienen ninguna solución para sus conflictos. La gran mayoría de los textos que conforman este libro alude a personajes ilustres, ya sea porque están nombrados en el título o porque los epígrafes citan sus obras. Aquí las referencias no están puestas de manera humorística, sino de modo reverencial y como forma de respeto, incluso hay tres homenajes explícitos: “Homenaje a Johann Jacobi Bachofen”, “Homenaje a Remedios Varo”, “Homenaje a Otto Weininger”.

En Prosodia también sobresalen las referencias a personajes célebres de la historia. En “Elegía”, “Flor de retórica antigua”, “Flash” y “Loco de amor”, las alusiones llegan a ser un tanto crípticas en el sentido de que no son del todo conocidas: Nobílior o Lépido no tienen el mismo espacio en la memoria colectiva como Dulcinea o Cervantes que en Cantos de mal dolor sí son recordados.

Asimismo, en las “Doxografías” que forman parte de Variaciones sintácticas, diez textos mínimos aluden nuevamente a personajes históricos como ocurre con “Francisco de Aldana”: “No olvide usted, señora, la noche que nuestras almas lucharon cuerpo a cuerpo” (Arreola 345). El título hace referencia a un personaje histórico, un soldado poeta que muere en la batalla de Alcazarquivir (enfrentamiento entre Portugal y Marruecos), añorando la poesía y la vida contemplativa. Por lo tanto, la lucha que se expresa en el minitexto juega con un sentido doble que atañe a un campo erótico y al de la misma guerra. Arreola retoma la historia real para apropiársela, de tal forma que puede darle un mayor énfasis a lo que él desee, así como rescatar a esos personajes históricos con cualidades importantes de recordar. Este tipo de apropiación también depende de la discriminación de información, pues el rescate de elementos fácticos y su incorporación a la literatura requieren el tino en el punto esencial para explotar esa veta.

Como ocurre en toda obra literaria y, sobre todo, en la que inserta referencias intertextuales, hay una exigencia mayor respecto a las competencias del lector. Sin embargo, los textos de Arreola pueden oscilar en ambos sentidos: una comprensión de referencias cultas y/o la diégesis en sí misma que se sostiene de manera independiente del dato histórico.

b) México

Una forma de erradicar la etiqueta de extranjería es atendiendo a las referencias que hace Arreola sobre México. Además de su novela La feria, algunos relatos breves como “El ajolote”, “Navideña” y “La noticia”, muestran aspectos meramente mexicanos sin que por ello se cierre la interpretación a un receptor local.

Por ejemplo, “La noticia” es un texto que construye escenas surrealistas y macabras, a través del personaje de Coatlicue (diosa azteca de la vida y la muerte, cuyo nombre significa falda de serpientes), quien asfixia al narrador. Este elemento mexicano configura el exotismo del texto, es parte de lo extraño y aunque se mezcla con elementos o personajes de otras regiones, como Carlota Corday y Margarita de Borgoña, es útil para construir lo insólito y peculiar del relato. Pero aun sin conocer el significado de Coatlicue, lo sobrenatural sigue estando en la narración y por ello es comprensible.

Por otro lado, en “Navideña”, se aprecia el tema mexicano a través de las posadas y las piñatas por medio de una situación trágica: la niña protagonista es descalabrada en el evento. No obstante, el narrador comenta las teorías psicoanalíticas diciendo: “La piñata es un vientre repleto; los nueve días festivos corresponden a otros tantos meses de embarazo; el palo agresor es un odioso símbolo sexual; la venda en los ojos, la ceguera del amor” (Arreola 117). Al finalizar se observa una analogía entre la niña descalabrada en la posada y el embarazo, razón por la cual debemos esperar unos cuantos meses para saber el final de la historia.

Este relato retoma entonces elementos de la tradición mexicana (posadas y piñatas) para discutir sobre temas universales como la violencia o la opresión. En cada caso, Arreola no habla exclusivamente de su país, pero los temas locales son una punta de lanza hacia otras situaciones que atañen al hombre en general. Es así que una mínima unidad de información local germina en un escenario universal.

En el relato “El ajolote” de Bestiario, el animal endémico de México se equipara con un tópico sin fronteras, es decir, con la mujer: ambos seres padecen “el ciclo de las catástrofes biológicas más o menos menstruales” (Arreola 102). Por lo tanto, este animal tan peculiar permite una analogía con otro ser igualmente misterioso e inasible para el narrador. Y aunque en este texto se hace referencia a Cosas de la Nueva España, para tender paródicamente al formato de bestiario tradicional que recurre a fuentes concretas, el ingrediente de la mujer muestra un guiño irónico a ese tipo de literatura convencional.

Para Felipe Garrido, “Arreola no necesita parecer mexicano. Su mexicanidad es una fatal manera de ser. Su mexicanidad no reside en los personajes ni en la anécdota, sino en la manera de sentir y construir la narración” (Garrido 15). Arreola se sustenta en los elementos mexicanos, como el ajolote, las diosas aztecas, las piñatas, no para hablar de ellos exactamente, sino para tratar otros temas que, como se ha comentado, son perfectamente universales: las mujeres, los sueños y el embarazo, los cuales pueden ser comprendidos por los lectores sin importar su nacionalidad.

c) La mujer

En la tesis doctoral de Dolores Koch 2 dedicada a la obra de Julio Torri, Juan José Arreola y Augusto Monterroso, la especialista menciona la vertiente misógina de Juan José Arreola. Comentario con el que muchos otros críticos, a su vez, han etiquetado al autor. Arreola en su momento, comentó: “padezco la nostalgia de esa separación [refiriéndose al mito platónico] y he tratado de expresarla en textos que pueden ser erróneamente interpretados como una crítica antifeminista. Desde la infancia he sido un ser ávido que busca completarse en la mujer” (en Garrido 21).

En una lectura apegada al texto, lo que es posible atestiguar es la frecuencia con la que los personajes femeninos tienen cualidades impositivas que se traducen en seres poderosos e inasibles. Concretamente, Arreola habla de la imposibilidad de dominar a la mujer y la dominación de ella sobre el hombre, o de las relaciones conyugales que terminan en la monotonía, donde la solución se reduce a idealizar a la mujer perfecta.

Un ejemplo del poder femenino y el temor del hombre frente a éste se aprecia en “Insecticida”, donde el narrador detalla: “Las hembras van tras de nosotros, y nosotros, por razones de seguridad, abandonamos todo alimento a sus mandíbulas insaciables” (Arreola 85). Arreola comenta en una entrevista con Emmanuel Carballo que este relato: “ejemplifica esa actitud natural de toda mujer que consiste en absorber al hombre”. Además agrega, “toda mujer, aún la mujer víctima, tiene algo de devoradora” (Carballo 570).

En cuanto a la seducción se refiere, la mujer es un arquetipo para representar un ser recóndito e incomprensible, algo aterrador, pero no en un sentido despreciativo sino como un modo de mostrar el poder femenino sobre el masculino. La imagen de las hembras que van tras el macho, refleja un terror hacia la atracción, refleja a la mujer seduciendo al hombre, y a éste sin saber qué hacer.

El tema sobre lo femenino también remite a la imposibilidad para que la relación entre amantes prospere, los personajes que se aman nunca pueden estar juntos. En el relato “La trampa” aparece un narrador que inevitablemente cae en las redes femeninas: “cada vez que una mujer se acerca turbada y definitiva, mi cuerpo se estremece de gozo y mi alma se magnifica de horror” (Arreola 124), pero al final la relación es imposible: “Y yo sigo otra vez volando solo, fatalmente, en busca de nuevos oráculos” (Arreola 124). Por lo tanto, el resultado de estos encuentros nunca es fructífero y el narrador masculino queda desdichado. Lo mismo sucede en “Luna de miel”, “Armisticio”, “Gravitación”, “El encuentro”, “Teoría de Dulcinea”, “Epitalamio” e “Insecticida”, por nombrar algunos casos.

Los encuentros amorosos sin solución son construidos con metáforas o con humor, como ocurre en “Duermevela”: “En el momento preciso en que los dos van a llegar a su apogeo, suena el despertador con retraso. ¿Qué hacer? ¿Desayunar a toda velocidad y olvidarla para siempre en la oficina?” (Arreola 335). En cualquier caso, las relaciones amorosas fallidas o imposibles ocupan buena parte de la temática arreoliana para sumarse a la perspectiva sobre la mujer como un ser inasible debido, sobre todo, a su poder, un poder que Arreola relaciona incluso con la tierra: “por eso el amor viene a ser una metáfora de la muerte, porque en una y otra situaciones nos sepultamos. Cuando amamos físicamente a una mujer, aunque sea de una manera parcial, nos insertamos en la tierra” (Carballo 571).

Finalmente, en cada momento de la obra de Arreola se forman constelaciones donde los símbolos y los significados se unen con otros para acrecentar un campo de alusiones y semejanzas, además de ampliar las perspectivas sobre un mismo objeto y sobre una misma palabra. Por esta razón, la mujer va de la mano con las imposibilidades, así como los elementos mexicanos y los personajes históricos despliegan situaciones universales. En cada caso hay una alusión a la esencia de la humanidad. En la entrevista antes mencionada, Arreola comentó que las vivencias son de dos órdenes: “las que están tomadas de nosotros mismos, consideradas como estaciones individuales […] y luego lo que yo capto del mundo que me rodea. En lo que he escrito encuentro esas dos instancias: lo que procede de mi percepción de lo general y lo que constituye lo mío y que trato de fijar de una manera que se vuelve cada vez más espiritual” (Carballo 557).

Esta conciencia de la que habla Arreola es similar a lo que ocurre en las alusiones literarias de cualquier índole: partir de lo general a lo particular y de lo particular a lo general, con la especificidad arreoliana de encontrar la palabra exacta para referirse a aspectos históricos, mexicanos y femeninos, pero siempre sobre un mundo reconocido adentro y afuera del autor y por lo tanto del lector. En ese sentido la celebración por los cien años del natalicio de Juan José Arreola será una celebración, más bien, para los lectores.

Obras citadas:

Arreola, Juan José. Narrativa completa. México: Alfaguara, 1997.

Garrido, Felipe. “Prólogo”. Narrativa completa. México: Alfaguara, 1997.

Carballo, Emmanuel. Protagonistas de la literatura mexicana. México: Alfaguara, 2005.

Poot Herrera, Sara. Un giro en espiral: el proyecto literario de Juan José Arreola. Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 1992.

Acerca del autor

Laura Elisa Vizcaíno Mosqueda

Realizó la licenciatura en Literatura Latinoamericana por la Universidad Iberoamericana, la maestría en Letras Mexicanas por la UNAM, desarrolló estancias de investigación en la…

 

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Notas al pie:

  1.  La UNESCO ha denominado este año, como “Año Juna José Arreola”, lo que permite la internacionalización de los festejos: http://origin-beta2.milenio.com/cultura/centenario_juan_jose_arreola-zapotlan-unesco-maraton_lectura-fil-noticias_jalisco_0_1127287369.html (23-03-2018).
  2.  Koch, Dolores. El micro-relato en México: Torri, Arreola, Monterroso. City University of New York. Ph.D. Dissertation, 1986.