En la construcción de esta perspectiva heterogénea y democratizadora ayuda, por supuesto, la intermediación no letrada de la plataforma. El recurso constante de la entrevista se vuelve aquí fundamental, pero también el resto del trabajo con el sonido y la música. A diferencia de una crónica escrita, en los podcasts la oralidad y todo el universo sonoro generado le permiten al escucha entrar en contacto, de manera más concreta, con voces, acentos, canciones, ambientes y otros elementos auditivos que posibilitan una recepción específica cuyo efecto central es el de escuchar como si estuviésemos ahí, en lugares concretos y frente a los sujetos reales que han vivido esas historias. De esto modo, la retórica de la presencia propia de la crónica periodística adquiere una nueva vitalidad y la heterogeneidad del mundo es potenciada. De igual modo, el “efecto de realidad” alcanzado agrega verosimilitud y peso al punto de vista que se plantea en cada episodio.
Como puede preverse, las perspectivas con las que se lleva a cabo la exégesis de la realidad son muy disímiles. Algunos episodios recurren al melodrama (“Los cassettes del exilio”, por ejemplo) y otros más recuerdan la estética del realismo mágico (el excelente “Los últimos días de Franklin Masacre” o también “El hospital”), pero la mayoría evita las catarsis fáciles a partir de una potente construcción de la intriga (como “El gobernador en su laberinto”) y una narrativa que privilegia la épica de lo trivial (el complejo reportaje “Las hijas de Maria Senhorinha” es un claro ejemplo de esto). Gracias a estos recursos y a las virtudes y variantes con las que están escritos los guiones, la experiencia de escuchar la estación adquiere una dimensión estética, sin dejar de lado los valores informativos y políticos del relato. Las narraciones a las que se enfrenta el escucha, generan nuevos modos de pensar el sentido de los lazos identitarios entre la diversidad de realidades que son contadas. Y en el fondo, los episodios afirman las distintas maneras de pensar que tiene los hispanohablantes de esta región del mundo.
Una de esas nuevas formas de pensar lo latinoamericano remite a la fluidez de las fronteras identitarias: más allá de los obstáculos geográficos y políticos, los personajes migran, de modo que los conflictos de la comunidad latinoamericana que vive dentro o fuera de Estados Unidos no son los mismos, pero poseen líneas de continuidad. Más que con el proyecto de una integración simbólica, Radio Ambulante apela a pensar lo latinoamericano como una realidad múltiple, en constante metamorfosis y cuya heterogeneidad rebasa fronteras y trae dentro de sí, desigualdades económicas, prejuicios culturales, desencuentros políticos y luchas sociales a distintos niveles. En medio de tal complejidad, la posibilidad de ir más allá de las fronteras geográficas se vuelve evidente a través de imaginarios comunes. Radio Ambulante no hace otra cosa que construir sentidos colectivos en donde otros discursos los anulan. Y esto lo logra, sobre todo, poniendo el acento en la exaltación de comportamientos culturalmente ininteligibles o disidentes frente a las prácticas normativas de las tradiciones políticas y culturales de cada país.
De igual modo, llama la atención el modo en que la necesidad periodística de contextualización lleva a una revisión histórica de los acontecimientos y personajes narrados, que está traída a la actualidad de un modo muy fructífero: politizando al presente. Me explico: en episodios como “El fotógrafo” o “Cuando La Habana era Friki” y “Los sobrevivientes” hay una investigación sobre el sentido histórico de la actualidad, lo cual establece líneas de continuidad que permiten comprender el modo en que persisten fenómenos o se han transformado prácticas que le competen al sujeto contemporáneo. Así, gracias a la investigación histórica y a los recursos estéticos del podcast, el escucha adquiere cierta sensibilidad crítica que puede politizarlo o no, dependiendo de sus herramientas interpretativas, pero también a partir de su capacidad para poner en duda su sentido común y salir de su zona de confort superando las limitaciones de su perspectiva ideológica.