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Guillermo Samperio, prestidigitador

GUILLERMO SAMPERIO. Maravillas malabares. Madrid: Cátedra, 2015, 403 pp.

  1. Como el cuento se levanta narrativamente con base en un solo hecho narrado, que algunos llaman “anécdota” o “historia”, escríbelo con el menor número de palabras que puedas.
    2.
    Por lo regular, el hecho narrado debe definirse en dos o tres frases y siempre tiene una sustancia humana: la venganza, el desamor, la amistad, los celos, la salvación, etcétera.
    3. Si el cuento tiene más de un hecho narrado, zigzaguea, no es posible darle un buen final y queda un cuento flojo. 1

En 2004, Guillermo Samperio entregó a sus alumnos de taller de escritura un documento que tituló “Decálogo del buen cuentista a principios del siglo XXI”, pero como decálogo no era tal pues llevaba hasta ese momento 18 preceptos. Ya en ese entonces, Samperio tenía una larga trayectoria dando talleres de creación, ese mismo año se realizaría un homenaje por sus 30 años como escritor y 25 como tallerista. Guillermo Samperio forma parte de uno de esos cuatro momentos cruciales de la evolución del cuento literario del que Lauro Zavala habla en sus volúmenes sobre teorías del cuento: El primero de ellos data 100 años atrás con Edgar Allan Poe al establecer como características del cuento la brevedad y el efecto del inicio y el final de la obra; la segunda se trata de Chéjov y su escritura con final abierto; el tercero es para Borges con su libro Ficciones; y el cuarto es en 1992 cuando los escritores reflexionan sobre su propia obra y su proceso de escritura.2

Para explicar el cuento se ha recurrido a varias analogías, ingeniosas unas, poéticas otras. A propósito de la brevedad, Horacio Quiroga dice que es “una flecha que, cuidadosamente apuntada, parte del arco para ir directamente en el blanco. Cuantas más mariposas tratan de posarse sobre ella para abandonar su vuelo, no conseguirán sino entorpecerlo”.3 Mónica Lavín dice que el cuento es un “género en vilo [que] anda por la cuerda floja con la gracia perfecta del equilibrista, la caída es mortal e inaplazable […] en la cuerda-página”. 4 La revelación del cuento en Anton Chéjov como una pieza de mármol que se esculpe. La noción del límite físico entre novela y cuento de Julio Cortázar en su analogía del cine y la fotografía. O de Andrés Neuman en que “la novela es la luz del día. O de la luna llena. El cuento, sólo un golpe de linterna. O un fósforo en nuestra habitación a oscuras”.5

En las últimas décadas ha habido no sólo mucho más teóricos sino más cuentistas interesados en teorizar acerca del cuento. Destaco a Ricardo Piglia por la originalidad con la que lo aborda en su estudio “El jugador de Chéjov” y más recientemente a Andrés Neuman en las reflexiones que realiza en los apartados finales de sus libros de narrativa breve. Ambos son argentinos. Guillermo Samperio es tal vez, el cuentista mexicano que más ha indagado sobre los mecanismos de la escritura del cuento, atendiendo incluso lo que él llama la “prefiguración literaria”, es decir, ese proceso anterior a la escritura, aquello que “se trama, se escribe, a espaldas del escritor”6 hasta llegar a conformar un núcleo temático. Desde su perspectiva como tallerista escribió los libros Después apareció una nave. Recetas para nuevos cuentistas y más tarde, como una extensión a su Decálogo del buen cuentista, escribió Cómo se escribe un cuento. 500 tips para nuevos cuentistas del siglo XXI.

Consejo número 187: El cuentista no descansa nunca. Vive para escribir. Cuando no está descargando sus ideas al papel, está observando el mundo para desenmadejarlo y después mostrarlo, a través de historias, a los lectores.7

En una entrevista reciente preguntaron a Guillermo Samperio: ¿Hay diferencia entre el Samperio escritor y el Samperio tallerista? Desde luego, respondió, el primero es maestro de sí mismo; el segundo, de los otros.8

Foto: Liliana Pedroza

Consejo número 96: La evolución de la literatura no sería posible sin la imitación, ahí está precisamente el avance. Primero se imita, después se propone. No hay otro camino.

Aunque Guillermo Samperio haya escrito poesía, ensayo o novela es seguro pensar en él como cuentista porque es el territorio literario que más ha explorado. Pero ciertamente en él los géneros no valen porque su escritura trasvasa sus fronteras. Poesía y narrativa se combinan una con otra. Con una herencia musical por parte de padre (quien fue miembro del famoso trío tamaulipeco) y una formación en el dibujo y la pintura gracias a un tío pintor, Samperio trasfiere esos conocimientos al terreno de la escritura poniendo una especial atención al ritmo, pues sabe que el fraseo es un arma poderosa de seducción al lector, así como el empleo de imágenes llenas de colorido para describir personajes o escenarios. Su poesía está más cercana a la prosa poética y su microficción a la greguería o al haikú. Cuento y poesía están íntimamente ligados. No es casual que el germen de esa primera conciencia teórica del cuento moderno de Edgar Allan Poe fuera a partir de su ensayo llamado “El principio poético”.

Consejo número 128: Si le surge una idea que le parece trillada, no la deseche; mejor búsquele otro ángulo.

La obra de Guillermo Samperio atraviesa el tamiz de variados tratamientos literarios, desde el fantástico, el realista, el histórico, el filosófico, hasta la ciencia ficción. Ferozmente crítico, toca temas sociales y políticos pero sin caer en el texto panfletario. Toma la ciudad como excusa y como personaje para sus nostalgias particulares. Es un escritor fetichista de manos, pies y zapatos de tacón de los más diversos colores, cada personaje que los usa tiene un misterio diferente. Nada en él se parece, cada libro forma parte de un proyecto o búsqueda literaria distinta. A Samperio no le gusta repetirse. Cuando ha estado mucho tiempo hurgando en un sitio, prefiere irse a otra cosa. Como hombre con una vasta imaginación sabe que tiene un amplio territorio por explorar. Quizá esa la única característica que atraviesa su prolífica carrera: su desbordada imaginación con la que es capaz de naturalmente dar una vuelta de tuerca a la realidad y entregar a cambio una maravilla, igual que un mago saca una paloma de su sombrero de copa y la pone a vuelo delante de su público. No entrega un truco vacío, debo aclarar, sino una maravilla en el acto de asombrarnos.

La narrativa de Samperio no habría que emparentarla con ninguna generación de escritores, él ha fundado la suya propia, la narrativa samperiana. Pero si habríamos de emparentarlo con algo tendría que ser con los contorsionistas, equilibristas, magos, ventrílocuos, mimos ambulantes. Él mismo, en su novela Ventriloquía inalámbrica dice que ellos “tienen el don de formar realidades desde lo ficticio, lo improbable, lo hipotético, lo falaz”.9

Si el contorsionista pudiera escribir o dibujar sus nudos y sus tejidos, no cambiaría nada, ya que siempre estaría yendo y viniendo de lo imaginario a las realidades y de estas a aquel. Algo similar sucede con las bailarinas, los poetas, los ventrílocuos. Usted los ve pasar en las realidades, comen, visten, aman, se disgustan, mueren y tienen un aspecto parecido al de la humanidad. Lo que une y divide a unos y otros es el espacio donde se funden el ocio y la nada, en un tiempo que surge de manera fantástica para desaparecer de inmediato, como una pantomima, un pase de baile, una mueca, un verso, el acorde de una guitarra. […] Qué sería de la ciudad sin ellos. Una ciudad triste, austera, proclive al juego del suicidio.10
Foto: Liliana Pedroza

Consejo 73: El cuento es un agujero en la pared que ha abierto el autor para que los lectores nos podamos asomar a un universo.

La edición de Maravillas malabares (Cátedra, 2015), con la que Guillermo Samperio fue finalista por el Premio de la Real Academia 2016, es un viaje por todos los territorios de la imaginación del autor, en el que reúne una variedad de cuentos desde su primer libro Cuando el tacto toma la palabra (1974), pasando como por excepción por una novela breve Anteojos para la abstracción (1994), una selección de minificciones de La brevedad es una catarina anaranjada (2004) hasta La guerra oculta (2008) y ofrecernos al final algunos cuentos inéditos. Un libro que contiene cuarenta años de escritura.

Toda antología es una declaración de intenciones. La de Javier Fernández es la de pasearnos por todas las fases de experimentación del autor, la de abrir cajones de un lado y otro e ir mostrando variedad de artefactos narrativos con los cuales mandar al vuelo la propia imaginación. Es un pretexto para que sus historias sigan caminando por otros territorios de habla hispana y que sus nuevos o antiguos lectores se encuentren con personajes como la señorita Green y el hombre violeta o el ingeniero José Luis Roma y su mujer RX-25 o que el científico Enrique Medellín nos entregue sus lentes para la abstracción.

Maravillas malabares es la compuerta al vasto mundo narrativo de Guillermo Samperio. Un libro que nos toma de la mano para aprender a mirar pequeños paraísos cotidianos. Un “Hoy otro hoy”, con paraísos traspuestos uno sobre otro donde es posible andar entre peatones, coches, dromedarios, paquidermos y guacamayas, y también es posible escuchar una melodía gozosa y amigable.

Acerca del autor

Liliana Pedroza

Doctora en Literatura Hispanoamericana por la Universidad Complutense de Madrid, es especialista en cuento mexicano contemporáneo. Sus líneas de investigación se centran…

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Notas al pie:

  1. Samperio, Guillermo. “Decálogo del buen cuentista a principios del siglo XXI”, material que se incorporaría más tarde a Samperio, Guillermo. Cómo se escribe un cuento. 500 tips para nuevos cuentistas del siglo XXI. Córdoba: Editorial Berenice, 2008.
  2. Zavala, Lauro. Cartografías del cuento y la minificción. Sevilla: Editorial Renacimiento, 2004.
  3. Quiroga, Horacio. “Ante el Tribunal”, El Hogar, 1931 en Vallejo, Catherina V. Teoría cuentística del siglo XX. Miami: Universal, 1989, p.147.
  4. Lavín, Mónica. “El cuento es lo que calla” en Leo, luego escribo. México: Lectorum, 2001, pp. 49-51.
  5. Neuman, Andrés. “Variaciones sobre el cuento” en El último minuto. Madrid: Páginas de espuma, 2007, p. 135.
  6. Samperio, Guillermo. Después apareció una nave. Madrid: Páginas de espuma, 2005, p. 39.
  7. Samperio, Guillermo. Cómo se escribe un cuento. 500 tips para nuevos cuentistas del siglo XXI. Op. Cit., p. 52 [A partir de aquí, todos los consejos o tips provienen de este libro].
  8. “Guillermo Samperio cuenta” en Escritura en tiempo real. [en línea] https://goo.gl/TZNZ2c
  9. Samperio, Guillermo. Ventriloquía inalámbrica. Córdoba: Editorial Berenice, 2007, p. 13.
  10. Ibídem, pp. 13-14.